El primer jueves de octubre, La Academia Sueca (Svenska Akademien) otorgó al célebre escritor peruano, Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel de Literatura por su obra "por su cartografía de las estructuras de poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo".
El ensayista, dramaturgo y novelista peruano, se ha destacado desde sus inicios en la literatura por el magistral tratamiento de temas políticos y artísticos en los que siempre lleva como estandarte los derechos humanos. Entre sus obras célebres y galardonadas se encuentran: "El Desafio" (Premio de la Revue Francaise), "La ciudad y los perros" (Premio de la Crítica Española), "La casa verde" (Premio Rómulo Gallegos), "La fiesta del chivo" (adaptada para cine en 2006 por Luis Llosa).
Sin duda alguna, Vargas Llosa es uno de los más brillantes escritores latinoamericanos que ha sabido mezclar en sus obras elementos propios de la cultura peruana y rasgos novedosos de la cultura europea, sin dejar de lado los vibrantes rasgos del Boom Latinoamericano. He aquí algunas de sus célebres frases que nos revelan, entre líneas, al activista político que tiene como placer la literatura:
"Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres"
"Escribir es un trabajo que requiere perseverancia, horarios, imponerse una disciplina y respetarla, eso creo que es fundamental. La razón por la cual me someto con tanta facilidad a esa disciplina en mi trabajo es porque no tengo la sensación de que sea un trabajo sino un placer".
